Los últimos veinte años del siglo pasado y los seis años que ya han corrido del presente han significado para los pueblos centroamericanos una gran sangría a los bolsillos de las clases medias y los sectores mas pobres de la región, como resultado de políticas erróneas, lo que ha sido evidente en unos Estados mas que en otros, situación que se ha visto agravada por la subida del precio internacional del petróleo.
Parece ser que hasta el año 2006, las trasnacionales petroleras venían operando de forma parecida en Guatemala, El salvador, Honduras y Nicaragua, en cuanto que como monopolio u oligopolio, han determinado los precios para la industria y del resto sectores de la economía en cada uno de los países, como una de consecuencia de gobiernos debilitados por el modelo económico impuesto.
Con el triunfo del Frente Sandinista en Nicaragua, y sus propuestas en lo que se refiere al rubro de energía y minas, se vislumbran cambios en las reglas, principalmente en la importación de hidrocarburos, como es su adhesión al ALBA que si las proyecciones se concretan, podrían dar la pauta y presentar de manera practica una nueva alternativa que favorezca a la población en general y sea un factor para reactivar la economía.
En tanto a inicios del presente año, del lado de Honduras se conoce que su gobierno ante la negativa de de las transnacionales de permitir que combustible comprado a la empresa norteamericana CONOCO PHILIP se distribuyera en sus estaciones de servicio. El presidente amparado en una cláusula contractual ordena una intervención temporal de las estaciones de servicio, la medida según expresa el gobierno le dejara una economía al estado hondureño de unos cincuenta millones de dólares.
En El salvador, por largo tiempo diversos sectores afectados por los incrementos en el precios de los derivados del petróleo, han urgido al Gobierno central a que tome medidas urgentes para amortiguar la carga. Así mismo, el mayor partido de oposición propusó al Gobierno central que se incorpore el proyecto de Petro – Caribe, y fue después de un supuesto estudio que el ejecutivo declaró que no era de beneficio para el país, ya que Venezuela no vendería barato su petróleo, sin explicar que lo reducción en los costos de fletes podrían significar una economía para El Salvador.
Ante la negativa del Gobierno de El Salvador, el Frente Farabundo ha conformado la empresa mixta ALBA, integrada por Alcaldías Municipales gobernadas por ese partido político y el gobierno de Venezuela, hasta el momento no se ha concretado ninguna envío de combustible y ante los cuestionamientos debido a que fue una promesa de campaña que aun no se cumple, sus dirigentes argumentan que es una empresa compleja que les ha llevado mas del tiempo pensado para la implementación, pero que están trabajando en ello y que dentro de seis meses esperan presentar resultados objetivos.
Nicaragua dio a conocer beneficios reales al implementar un convenio similar el año pasado, que ha permitido disminuir el valor del transporte colectivo en esa nación.
El l Presidente de El Salvador, sorprende a la nación cuando en uno de sus discursos hace el señalamiento de que las petroleras, no trasladan las bajas de los precios internacionales en la misma proporción y en los mismos tiempos a los consumidores nacionales.
Es difícil saber si las transnacionales están sorprendidas, pues ya el 08 de octubre del 2006, la Defensoría del Consumidor (dependencia del ministerio de Economía) había hecho publico un estudio, donde estadísticamente se demostraba lo dicho por el presidente y las estadística llevadas hasta la primera quincena de enero 2007, muestran que la caída del precio internacional del Petróleo no se refleja en la misma dimensión en los precios al consumidor salvadoreño. Los Diputados del Parlamente, le tomaron la palabra al presidente y han formado una Comisión Legislativa que investigará, si excite violación a la Ley de Libre Competencia.
El común de los salvadoreños manifiesta que espera, no solo una rebaja en los precios del combustible, es necesario bajar el cobro alto de comisiones, intereses y recargos “administrativos y otros” sobre créditos hipotecarios, personales y por el uso de tarjetas de crédito y debito. Así mismo exigen la baja de los precios en los servicios básicos: energía eléctrica, agua teléfono etc.
De las declaraciones del presidente esperan que esta vez se vean resultados verdaderos que redunden en una real rebaja a los precios del combustible. Se aplica el refrán “ Hasta no ver no creer”, expresan mucha desesperanza tantas promesas no cumplidas, las que a diario se esconden bajo una gran cortina de publicidad oficial, que nada tiene que ver con la realidad que se vive a diario.
Algunos analistas ya coinciden en valorar el discurso del presidente salvadoreño como reactivo a lo que esta sucediendo en el entorno centroamericano, es una percepción que además se observa en los programas de opinión pública, ante la posibilidad de que realmente las medidas tomadas en los países vecinos ponga mas evidente la voracidad de las transnacionales petroleras y la pasividad, indolencia y la complacencia de gobernantes ante el descapitalización de la economía nacional.
Llama la atención la defensa a ultranzas que hacen del modelo de libre mercado, los funcionarios de gobierno y en el asunto puntual del comercio del combustible en El Salvador, con todo que es evidente las practicas oligopolicas de precios, de sectorización del mercado etc. Insisten en que el mercado funciona bien sin regulación, que falacia.
De las petroleras era de esperar que reaccionaran como lo han hecho, el colmo es que han llegado a manifestar que han tenido perdidas cuando el precio internacional ha sido alto, porque ellos han hecho un traslado lento tanto de las alzas como de las bajas en el precio internacional, ¿se les creerá? El Ministerio de Hacienda puede aclarar eso, ¿o las Trasnacionales no presentan una declaración de renta anual? O las mismas petroleras podrían dar a conocer los Estados de Resultados conocidos también como Estados de Perdidas y Ganancias por mes.
Surge también las interrogantes: ¿el precio internacional de referencia, es realmente un parámetro justo para determinar los precios internos? ¿Habrá alguna vinculación real entre el precio de referencia internacional y la facturación de compra de las trasnacionales? ¿Tendrán la Defensoría del Consumidor y la Comisión Legislativa, el alcance y la atribución para analizar la estructura de ingresos y costos de las petroleras o repetirán el falso fundamento de que en libre mercado no se pueden regular las ganancia de las empresas? La población no necesita mas respuestas evasivas, la sociedad reclama poner en el tapete, lo que representa un obstáculo para el desarrollo.
Es de esperar que la rebaja de once centavos por galón en la tercera semana de enero del presente año, no se vaya a sobre dimensionar y propagandizar como un logro del presidente, si así sucediera ver las exposiciones del estudio de la Defensoría del Consumidor y las ponencias de los Legisladores como un episodio mas de una novela.
Ahora bien si los esfuerzos van encaminados a revisar la estructura de mercado del combustible a buscar la mejor alternativa para El País, veremos resultados distintos y estaríamos en presencia de otra reacción de independencia en Centro América aunque hay mucho escepticismo sobre ello, cabe aquí la sita de un párrafo del artículo de “ La Jornada, escrito por el señor Carlos Fernández Vega, dice:
”En resumen, al analizar la situación por país en el mercado de derivados líquidos, en tres casos se registra muy alta concentración (Costa Rica, Nicaragua y Panamá); uno de alta concentración (El Salvador) y en dos hay concentración mediana (Honduras y Guatemala). En el caso del GLP, todos los países muestran altos índices de concentración. A mayor concentración, menor grado de competitividad.
Al considerarse las participaciones de las trasnacionales en los segmentos referidos, en el mercado de hidrocarburos líquidos de Nicaragua y Panamá se tendría una situación de firma dominante, mientras en Guatemala, El Salvador y Honduras se daría una estructura de oligopolio fuerte. El caso de Costa Rica corresponde a una situación de monopolio de Estado. En el mercado de gas licuado de petróleo (GLP) se daría la vertiente de firma en cuatro países, oligopolio (duopolio) fuerte en Panamá y monopolio en Costa Rica.
A pesar de todo ello, los agentes colocadores reunidos en La Ramona una vez más otorgaron carta blanca a las trasnacionales”.
Pero bien la experiencia hondureña, ha puesto en evidencia la necesidad herramientas legales que permitan a los estados y gobiernos de la región, frenar el enriquecimiento excesivo de las petroleras, frenando así la sangría de recursos que mucha falta hacen en otras áreas de la economía. El gobierno ha podido intervenir para regular en alguna medida las ganancias de las petroleras forzando una competencia que signifique ahorro de recursos par el país; pero en El Salvador, esta claro que no cuenta con una herramienta legal similar a la de honduras y es paradójico que desde el presidente de la republica hasta el último de sus funcionarios de gobierno autorizados para hablar sobre el tema, no muestran voluntad de impulsar cambio en las reglas que se vayan a interpretar como en aceptar que el modelo neoliberal es un fracaso, si de beneficiar a la sociedad en su conjunto se trata.
Parece ser que hasta el año 2006, las trasnacionales petroleras venían operando de forma parecida en Guatemala, El salvador, Honduras y Nicaragua, en cuanto que como monopolio u oligopolio, han determinado los precios para la industria y del resto sectores de la economía en cada uno de los países, como una de consecuencia de gobiernos debilitados por el modelo económico impuesto.
Con el triunfo del Frente Sandinista en Nicaragua, y sus propuestas en lo que se refiere al rubro de energía y minas, se vislumbran cambios en las reglas, principalmente en la importación de hidrocarburos, como es su adhesión al ALBA que si las proyecciones se concretan, podrían dar la pauta y presentar de manera practica una nueva alternativa que favorezca a la población en general y sea un factor para reactivar la economía.
En tanto a inicios del presente año, del lado de Honduras se conoce que su gobierno ante la negativa de de las transnacionales de permitir que combustible comprado a la empresa norteamericana CONOCO PHILIP se distribuyera en sus estaciones de servicio. El presidente amparado en una cláusula contractual ordena una intervención temporal de las estaciones de servicio, la medida según expresa el gobierno le dejara una economía al estado hondureño de unos cincuenta millones de dólares.
En El salvador, por largo tiempo diversos sectores afectados por los incrementos en el precios de los derivados del petróleo, han urgido al Gobierno central a que tome medidas urgentes para amortiguar la carga. Así mismo, el mayor partido de oposición propusó al Gobierno central que se incorpore el proyecto de Petro – Caribe, y fue después de un supuesto estudio que el ejecutivo declaró que no era de beneficio para el país, ya que Venezuela no vendería barato su petróleo, sin explicar que lo reducción en los costos de fletes podrían significar una economía para El Salvador.
Ante la negativa del Gobierno de El Salvador, el Frente Farabundo ha conformado la empresa mixta ALBA, integrada por Alcaldías Municipales gobernadas por ese partido político y el gobierno de Venezuela, hasta el momento no se ha concretado ninguna envío de combustible y ante los cuestionamientos debido a que fue una promesa de campaña que aun no se cumple, sus dirigentes argumentan que es una empresa compleja que les ha llevado mas del tiempo pensado para la implementación, pero que están trabajando en ello y que dentro de seis meses esperan presentar resultados objetivos.
Nicaragua dio a conocer beneficios reales al implementar un convenio similar el año pasado, que ha permitido disminuir el valor del transporte colectivo en esa nación.
El l Presidente de El Salvador, sorprende a la nación cuando en uno de sus discursos hace el señalamiento de que las petroleras, no trasladan las bajas de los precios internacionales en la misma proporción y en los mismos tiempos a los consumidores nacionales.
Es difícil saber si las transnacionales están sorprendidas, pues ya el 08 de octubre del 2006, la Defensoría del Consumidor (dependencia del ministerio de Economía) había hecho publico un estudio, donde estadísticamente se demostraba lo dicho por el presidente y las estadística llevadas hasta la primera quincena de enero 2007, muestran que la caída del precio internacional del Petróleo no se refleja en la misma dimensión en los precios al consumidor salvadoreño. Los Diputados del Parlamente, le tomaron la palabra al presidente y han formado una Comisión Legislativa que investigará, si excite violación a la Ley de Libre Competencia.
El común de los salvadoreños manifiesta que espera, no solo una rebaja en los precios del combustible, es necesario bajar el cobro alto de comisiones, intereses y recargos “administrativos y otros” sobre créditos hipotecarios, personales y por el uso de tarjetas de crédito y debito. Así mismo exigen la baja de los precios en los servicios básicos: energía eléctrica, agua teléfono etc.
De las declaraciones del presidente esperan que esta vez se vean resultados verdaderos que redunden en una real rebaja a los precios del combustible. Se aplica el refrán “ Hasta no ver no creer”, expresan mucha desesperanza tantas promesas no cumplidas, las que a diario se esconden bajo una gran cortina de publicidad oficial, que nada tiene que ver con la realidad que se vive a diario.
Algunos analistas ya coinciden en valorar el discurso del presidente salvadoreño como reactivo a lo que esta sucediendo en el entorno centroamericano, es una percepción que además se observa en los programas de opinión pública, ante la posibilidad de que realmente las medidas tomadas en los países vecinos ponga mas evidente la voracidad de las transnacionales petroleras y la pasividad, indolencia y la complacencia de gobernantes ante el descapitalización de la economía nacional.
Llama la atención la defensa a ultranzas que hacen del modelo de libre mercado, los funcionarios de gobierno y en el asunto puntual del comercio del combustible en El Salvador, con todo que es evidente las practicas oligopolicas de precios, de sectorización del mercado etc. Insisten en que el mercado funciona bien sin regulación, que falacia.
De las petroleras era de esperar que reaccionaran como lo han hecho, el colmo es que han llegado a manifestar que han tenido perdidas cuando el precio internacional ha sido alto, porque ellos han hecho un traslado lento tanto de las alzas como de las bajas en el precio internacional, ¿se les creerá? El Ministerio de Hacienda puede aclarar eso, ¿o las Trasnacionales no presentan una declaración de renta anual? O las mismas petroleras podrían dar a conocer los Estados de Resultados conocidos también como Estados de Perdidas y Ganancias por mes.
Surge también las interrogantes: ¿el precio internacional de referencia, es realmente un parámetro justo para determinar los precios internos? ¿Habrá alguna vinculación real entre el precio de referencia internacional y la facturación de compra de las trasnacionales? ¿Tendrán la Defensoría del Consumidor y la Comisión Legislativa, el alcance y la atribución para analizar la estructura de ingresos y costos de las petroleras o repetirán el falso fundamento de que en libre mercado no se pueden regular las ganancia de las empresas? La población no necesita mas respuestas evasivas, la sociedad reclama poner en el tapete, lo que representa un obstáculo para el desarrollo.
Es de esperar que la rebaja de once centavos por galón en la tercera semana de enero del presente año, no se vaya a sobre dimensionar y propagandizar como un logro del presidente, si así sucediera ver las exposiciones del estudio de la Defensoría del Consumidor y las ponencias de los Legisladores como un episodio mas de una novela.
Ahora bien si los esfuerzos van encaminados a revisar la estructura de mercado del combustible a buscar la mejor alternativa para El País, veremos resultados distintos y estaríamos en presencia de otra reacción de independencia en Centro América aunque hay mucho escepticismo sobre ello, cabe aquí la sita de un párrafo del artículo de “ La Jornada, escrito por el señor Carlos Fernández Vega, dice:
”En resumen, al analizar la situación por país en el mercado de derivados líquidos, en tres casos se registra muy alta concentración (Costa Rica, Nicaragua y Panamá); uno de alta concentración (El Salvador) y en dos hay concentración mediana (Honduras y Guatemala). En el caso del GLP, todos los países muestran altos índices de concentración. A mayor concentración, menor grado de competitividad.
Al considerarse las participaciones de las trasnacionales en los segmentos referidos, en el mercado de hidrocarburos líquidos de Nicaragua y Panamá se tendría una situación de firma dominante, mientras en Guatemala, El Salvador y Honduras se daría una estructura de oligopolio fuerte. El caso de Costa Rica corresponde a una situación de monopolio de Estado. En el mercado de gas licuado de petróleo (GLP) se daría la vertiente de firma en cuatro países, oligopolio (duopolio) fuerte en Panamá y monopolio en Costa Rica.
A pesar de todo ello, los agentes colocadores reunidos en La Ramona una vez más otorgaron carta blanca a las trasnacionales”.
Pero bien la experiencia hondureña, ha puesto en evidencia la necesidad herramientas legales que permitan a los estados y gobiernos de la región, frenar el enriquecimiento excesivo de las petroleras, frenando así la sangría de recursos que mucha falta hacen en otras áreas de la economía. El gobierno ha podido intervenir para regular en alguna medida las ganancias de las petroleras forzando una competencia que signifique ahorro de recursos par el país; pero en El Salvador, esta claro que no cuenta con una herramienta legal similar a la de honduras y es paradójico que desde el presidente de la republica hasta el último de sus funcionarios de gobierno autorizados para hablar sobre el tema, no muestran voluntad de impulsar cambio en las reglas que se vayan a interpretar como en aceptar que el modelo neoliberal es un fracaso, si de beneficiar a la sociedad en su conjunto se trata.
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